Dicen que la paciencia es un don, y como tal no es posible que todos la poseamos. Tenemos que aferrarnos a la majestuosidad de un día lluvioso para olvidarnos de las cosas y dejar que el tiempo se condense en gotas.
Hay que ser pacientes, para cuando coincidan en tiempo y espacio esos pequeños destellos de felicidad y los podamos gozar en plenitud.
Paciencia para encontrar la compañía perfecta, cualquiera que sea esta: la soledad, un libro, una taza de café, un ser querido. Paciencia para la toma perfecta, con el dedo en botón, pero si adelantar las cosas.
Hay que ser pacientes, para cuando coincidan en tiempo y espacio esos pequeños destellos de felicidad y los podamos gozar en plenitud.
Paciencia para encontrar la compañía perfecta, cualquiera que sea esta: la soledad, un libro, una taza de café, un ser querido. Paciencia para la toma perfecta, con el dedo en botón, pero si adelantar las cosas.
Sólo he sabido ser paciente con aquellos pequeños detalles que suelen parecer insignificantes para otros, esa conjunción de emociones y momentos han creado mi sensación de felicidad; mi lio es con aquellas cosas importantes y duraderas, no suelo ser paciente en ello, es tanta mi emoción hacia el presente, hacia lo que sucede en el momento que vivo, que no suelo darle su tiempo a los acontecimientos venideros.
No sé, quizá el futuro es mejor cuando se es paciente, no lo he sabido, no tengo tiempo para pensar en ello, estoy muy ocupado disfrutando el presente.
